29/12/12

Frío cemento, marcaste mi piel.

¿Cómo podemos desear morir siendo muertos en vida? ¿Cómo puede bastar un suspiro mal dirigido para hacernos temblar y reponer el daño causado en años? Podemos decir que aquello que nos alegra es también lo que nos condena. Que alegría y desgracia tenerte tan cerca. La cercanía duele y pesa, obtengo algo y sufro por su pérdida ¿Dónde quedó el gozo por lo efímero? ¿Será que no existe? Esto me pone en duda. ¿La verdadera felicidad existe, o es un intervalo entre el desear y el poseer?


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